SI SOY ATLETA NO PUEDO SER VEGANO: ROMPIENDO MITOS
La proporción de la población que dice seguir una dieta basada en plantas (DBP) se sitúa actualmente entre 5 – 10% en los países desarrollados. Bajo el paraguas de DBP tenemos varias opciones que van desde la exclusión total del consumo de carne a matices donde se utilizan algunos productos de origen animal como la leche, el huevo o el pescado. Cuando de forma genérica nos referimos a una DPB se alude a que gran parte de la ingesta dietética proviene de fuentes vegetales.
El veganismo, vegetarianismo o las dietas con predominancia en alimentos vegetales han venido para quedarse, y para mí, en contra de lo que muchos compañeros puedan pensar, creo que tiene más de positivo que de negativo para la salud, y aún más en el contexto social y medioambiental en el que vivimos actualmente. Nos cuesta ver las cosas y sacar el lado bueno, nos cuesta desafiar nuestras propias creencias, flexibilizarlas y hacerlas participes de lo que la ciencia dice para formar una opinión fundamentada. Me guste o no me guste, lo siga o no lo siga, esto no es cuestión de una opinión basada en mis creencias sino de un hecho que cada vez está siendo más evidenciado científicamente. No quiero convencerte de que basar tu dieta en plantas es la mejor opción, quiero que conozcas porqué te lo digo y que seas tú mismo quien elijas.
Pero como te decía, y por darte algunos datos, en España, se estima que el 7,8% de la población mayor de 18 años es vegana o vegetariana. Por tanto, ante esta manera de alimentarse que crece, es hora de tomar acción y, en vez de intentar romper tu mente, si quieres hacer un DBP, lo que debo y debemos hacer los profesionales de la nutrición, es que tu elección alimentaria la hagas de la mejor forma posible. Para esto debes, sin sesgos, meterte en la mente de un vegano y saber por qué decide serlo. La mayoría buscan el bienestar animal, y también por salud. Cuando imparto formación a futuros nutricionistas o a otros compañeros, siempre digo lo mismo, si queremos que un deportista adopte un determinado comportamiento, lo primero que debemos es brindar o darle opciones y fundamentos, reconocer sus sentimientos y perspectivas. Si llegas a mi consulta como deportista que quieres probar el veganismo y me rio de ti, estoy literalmente cagándome en mi profesión, rompiendo el código deontológico, tirando la ciencia y lo peor, mostrando una falta de empatía y sensibilidad tremenda. Por tanto, lo primero es adoptar una mente abierta y dejar de pensar que no puedes ser vegano y atleta; como se suele decir, para muestra un botón. Tenistas como Novak Djokovic, Venus Williams, Serena Williams, jugadores de la NBA como Chris Paul, Diana Tausari, jugadores de la Liga Nacional de Fútbol americano como Derrick Morgan, o boxeadores como David Haye y el legendario Mike Tyson cuando hizo su épico regreso a sus 54 años, tras diez de realizar una DBP. Medallistas olímpicos como Rebeca Soni, Meagan Duhamel o uno de los mejores deportistas olímpicos de la historia del atletismo, Carl Lewis quien atribuyó sus éxitos a un estilo de vida vegano y una DBP, sino lo recuerdas, ganó diez medallas olímpicas (nueves oros). Lewis Hamilton, seis veces campeón del mundo de Fórmula 1 también sigue una dieta basada en plantas. Arnold Schwarzenegger, reconoció como no era necesario comer carne para ganar musculo, siguiendo actualmente una DBP. Sin embargo, esto no es nada nuevo, aunque algunos nos lo quieran traer como un nuevo movimiento que acompaña al mundo. Los atletas con dietas basadas en plantas han existido desde los gladiadores romanos cuya dieta fundamentalmente se basaba en cereales (cebada, trigo) como se determinó en un estudio que analizó la composición de sus huesos.
Según la teoría de autodeterminación podríamos más que prohibir enseñarles los pros y los contras, no para que la dejan de hacer sino para que su elección sea lo más segura y adaptada posible a su rendimiento. Esto es aplicable a cualquier patrón de dieta. Una alimentación basada en plantas puede tener pros y contras para el atleta, no es no hacer, es hacer de la mejor forma posible. En cuanto a la salud, sabemos de muchos de los beneficios de las DBP como la reducción del riesgo cardiovascular, la diabetes tipo II, el cáncer, la hipertensión, etc.
El primer problema que podemos encontrar es que la dieta esté mal planificada. Claro, esto es problemático seas vegano, vegetariano u omnívoro. Si tu dieta la “construyes” mal, entonces seguro que aparecerán deficiencias o tomarás cantidades elevadas de alimentos procesados para veganos, ricos en grasas de mala calidad y con azúcares en muchos de ellos, siendo por tanto negativa.
Si bien, tradicionalmente se ha reconocido que en las DPB existe una mayor cantidad de algunos compuestos como los taninos, oxalatos, lectinas, glucosinalatos, fitatos y también fibras, que pueden estar interfiriendo en la absorción de nutrientes importantes como por ejemplo el hierro y el zinc. A estos compuestos se les ha venido a denominar anti-nutrientes, siendo sustancias que la planta generalmente crea como medio de protección del ambiente que las rodea. Por ejemplo, los taninos se encuentran presentes en las legumbres, nueces, granos, bebidas como el café o el té. En el caso de los fitatos presentes en cereales o semillas, pueden limitar la absorción de calcio, magnesio, zinc o hierro. Por último, las fibras dietéticas disminuyen la absorción de nutrientes y aumenta la saciedad. Si bien, todo esto a priori te puede hacer pensar que mejor no tomarlos, su papel en diferentes aspectos relacionados con la salud es importante. La fibra, por ejemplo, sabemos que es un gran aliado de nuestra salud, favoreciendo el crecimiento de nuestras bacterias intestinales y la producción de diferentes compuestos beneficiosos a partir de ellas. El efecto saciante también las hace interesantes en dietas de control de peso, sin embargo, debemos tener precaución en deportistas con el fin de asegurar que el consumo energético sea el adecuado para la demanda que requieren. El miedo infundado de los denominados “anti-nutrientes” hoy queda nublado por la ciencia donde se nos está mostrando en estudios in vitro, en modelos animales, así como algunos otros realizados en humanos, como estos compuestos pueden ser unos grandes aliados de nuestra salud, sobre todo si tenemos en cuenta que la concentración de estas sustancias tras el uso de diferentes técnicas de cocinado disminuye (remojo, cocción, fermentación, germinación) y su efecto en la matriz del alimento, donde actúa de forma sinérgica con otras sustancias, minimiza el riesgo frente a los beneficios.
Por tanto, y como iremos descubriendo en siguientes post, si tu dieta basada en plantas está bien diseñada, no sólo cubrirás de forma adecuada tu rendimiento sino que también le estarás haciendo un favor a tu salud. En el próximo post sobre las DBP te hablaré sobre las proteínas.
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